Si temes a la oscuridad...
Regresaba tarde del trabajo y lo único que deseaba era simplemente acostarme y dormir, pero una de esas noches me sorprendí saludando a alguien más en mi habitación: "Hola, ya regresé". Un par de noches más me llegó a suceder, pero siempre pude contenerme antes de terminar la frase en voz alta, quizá porque llegué a temer que alguien me contestase, quizá porque realmente no estaba sola. A veces me quedaba hasta tarde escribiendo o leyendo viejos recuerdos, perdida en mi pasado o quizá soñando un poco sobre mi futuro, hacía muchos años que no me desvelaba en la profundidad de mi ser, en mis pensamientos, mis añoranzas o cualquier otra cosa que plagara mi mente después de medianoche. Pero entonces comenzaron a suceder, cada noche con más frecuencia, cada hora con más intensidad. En mi habitación no sólo hacía frío. La primera noche, después de caer en cuenta de mis compañías, comencé a escuchar pesados pasos subir la escalera, algunas veces crujidos, otras veces r...