Sobre azul
Ten cuidado la próxima vez que recibas un sobre azul. Míralo desconfiado, dale vuelta tras vuelta, guárdalo en la bolsa interior de tu chamarra negra. Sube lo más pronto a tu habitación, evita que tu madre vea o pregunte, no te detengas a lavar ropa o mirar televisión. Sube, sube y pregúntate mil veces de quién puede venir ¿El banco? ¿Un amigo? ¿La departamental? Duda, duda una y mil veces, disparate en tu cama, pero antes cierra bajo llave. Descansa, medita, interroga. Interrógale a tus adentros y descifra el remitente. Siéntate y dale tres vueltas, quizá una más. Basta. Clávale la mirada y frunce el ceño como es tradición, no permitas que el ruido te desconcentre, siéntate un par de minutos a leer este sobre, siéntate unos minutos o una larga eternidad. Espera antes de abrir. Siente miedo, siente cómo se congela lentamente tu sangre, siente las venas vidriosas de tanta presión. Recuéstate, mira al techo, ponte a pensar en todo lo malo que has hecho ya ¿A quién hicist...