Irrespeta un libro
Así. Tal, cual, lo lees.
Comienza por comprarlo a un bajo precio, aún con la magnificencia de su obra,
o irrespeta alguna obra maestra pagando más por un vulgar y corriente best-seller.
Abre, huele, tíralo en algún sitio. Que, antes que nada, cumpla la función de tu capricho.
Arrincónalo unos días, unos meses, unos años, si al cabo de cinco no lo lees, tíralo. Nuevo. Intacto.
O léelo y sigue la lección.
Míralo. Asquéate del prefacio aburrido y los agradecimientos burdos del autor hipócrita.
Dale una, dos, tres vueltas. Husmea la última página y arruínate el final.
Léelo de dos en dos. De tres en tres. Páginas y/o semanas ¿Qué más da?
Subraya. Tacha. Borra. Llénalo de esa incómoda tinta fluorescente y traspasa las hojas con plumón.
Acentúalo, ponle comas, quita puntos... agrega puntos suspensivos y signos de expresión.
Une con flechas dos líneas distintas: de diferentes páginas. Encierra y luego borra con goma.
Rómpele las hojas de manera accidental. O tal vez no, tal vez a propósito y metodológicamente.
Arranca una, dos, veinte páginas. Pega unas diez en tu cabecera y arroja el resto a la basura.
Y luego, haz un collage con tus pedazos preferidos, los más odiados. Unos sobre otros, revueltos.
No system.
O tápale la portada. Que nadie sepa un carajo sobre lo que lees. Que se te olvide el título, la editorial.
El año. Ponle bigotes al soso de la biografía en la contraportada. Rompe la portada.
Une las hojas con Resistol para madera. O déjalas sueltas. Que se pierdan. Que un buen día te preguntes ¿Dónde quedó ese pedazo de mierda? Y tu lectura quede incompleta para que te sientas idiota.
Habla mal del anciano del Nobel, y también del otro anciano que jamás lo pudo alcanzar. Rétalos.
Están muertos. Qué más da. Cuestiona, irrita, jode. Molesta a aficionados y devotos.
Si lees y no te gusta, aviéntalo por la ventana. Véndelos por kilo. Luego ve y cómprate ropa.
Si lees y lo adoras, déjalo que viva en tu memoria. Raya, separa, destruye. Haz confeti multicolor con él.
Jamás cites. No entrecomillados. No referencias al autor. Evita el plagio que es desleal, más, evita aún más, el plagio cínico de quien tomó "tal" de "cuál". Sé un imbécil sutil, no un imbécil declarado.
Y luego, escribe tu propio libro.
Jamás te sientas indigno o falto de conocimiento. Escribe aún cuando no hayas leído nada.
Porque, querido lector, metiche y amigo... de eso trata la vida.
De hacer de la vida, una culada.
Comentarios
Publicar un comentario