Víctima del café
 
Mírame.       Rodeada de gente, desolada hasta el hueso.     Carente de lágrimas pero ahogada en dolor.     Sonriendo a través de cuchillos de fuego,     Con el rostro cálido pero helado el corazón.       Con porte elegante y orgullo discreto,     Con sombra de vil vagabunda febril     Cantando de gozo, retándole al llanto      Cediendo de noche a la luz de un candil.       Inhalando mi pena, exhalando soberbia     Exigiendo respeto y pidiendo perdón      Mirándole al mundo sus peores miserias     Mordiendo la lengua de mi corazón.       Gritando de gloria, adquiriendo riqueza      Contra la pobreza y ésta, mi inquisición      Mintiéndole al cielo sobre mis proezas     Tirada en el suelo al borde de un panteón.       Escribiendo tristezas, grabando recuerdos     Hablando con voz extasiada de amor     Y si es que este mundo sabe mis secretos     Que guarde mis penas y que calle el dolor.       Mírame.       Tan hostil, desdichada y renuente.     Tan objeto del odio y un ju...
 
 
 
 
 
