Lluvia

Camina, se asoma, se sienta. Ha empezado a llover, pero parece no importarle. Sitúa su cabeza por debajo de las cortinas, la mitad de su cuerpo se asoma a la luz, la otra mitad aguarda entre la calidez de la casa. Respira, huele, parece que puede percibir otro tipo de olores. Las gotas caen frágilmente en su vestido color grisáceo, el viento le vuela la melena, bosteza, es una hermosura incapaz de ser explicada.

Adentro, yo aguardo con las ilusiones partidas, ni siquiera yo misma sé de qué. Le observo, le admiro, ¡Cuán inocente es su mirada y su pensar! ¿Qué estará pensando? Algo es seguro... ella puede ver cosas que yo no; en el negro de sus ojos se reflejan algunas nubes, algunos postes de electricidad y una bicicleta, y justo allí, donde ella encuentra tanta paz, yo veo el reflejo de mi soledad y mi angustia. 

Siento pronto una corriente que sube de mi antebrazo hacia mi pecho, la piel se eriza, la expresión de mi cara se desvanece y es lavada por una lágrima. Me aseguro de no hacer ruido, procuro quedarme inmóvil antes que romper esa conversación entre la vida y ella, aunque, seguramente no le importaría mi presencia, no es capaz de sentir vergüenza, no es capaz de intimidarse, no tiene miedo a que yo la juzgue de romántica.

Comienzan a engrosar las gotas. Creo que en el fondo de su ser preferiría estar allá afuera, no parece interesada en el charco que se acumula por debajo de su vestido, sigue observando, aún no termina esa noble sesión. 

Inicia la lluvia feroz y después de unos cuantos segundos ella agacha la mirada, sabe que debe volver, pero también sabe que mañana regresará a su lugar especial. Ella no quiere entrar, su alma le pide a gritos vivir lo bello de ser natural, pero tiene conciencia de que debo cerrar la puerta. Vuelve a mi lado aceptando la condición que el hombre le ha forjado: ser irracional. Vuelve a mi lado renunciando a todo aquello que la hace ser quien es, y piensa en que, quizá si es irracional en tanto que rechaza la plenitud de su especie, pero no le importa... sólo a las personas como yo les preocupan esos temas.

Ella no lo sabe... pero junto a mí, ella es más racional que yo.



Comentarios

  1. Ya van tres veces que he leído tu post.
    En la primera me pareció que te referías a un hombre.
    La segunda ocasión, la lectura me ha parecido mucho más profunda.
    Espero que en la tercera comprenda otra perspectiva interesante.

    Por último, tu escribes?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola! muchas gracias por tomarte el tiempo para leer. Con escribir a qué te refieres? Por el momento sólo me dedico al blog y algunas cosas cortas, si es que te refieres a tenerlo como profesión, pero sin duda es una de mis grandes pasiones, saludos!

      Eliminar
    2. A eso me refería que si tu escribías, ahora ya se que si, que padre! Sigue así, nos estaremos leyendo :)

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Irrespeta un libro

Hoy decidí tatuarme.

Al mejor postor